Diciembre estaba a punto de acabarse y apoyaba a los pies en los abismos, a ras del suelo se iba con lentitud de larvasa hombros de cuanto no regresa. Diciembre buscaba su reposo en las buhardillas de viejos calendarios ya marchitos, sus bordes amarillentos rompían luces, agitaban las cítaras del aire anunciando otra luna, mientras subía un gas apenas ebrio al sol de las premoniciones...