En el hijo de Tekla Sabater la presencia de la religión católica, además de impregnar la temática erótica de la novela y de prestarle el interés que pretendía Luis Buñuel en sus películas, enclaustra las vidas de los personajes en un ambiente de espiritualidad que las dignifica en el sentido en que habla Marguerite Yourcenar cuando se refiere al sentido sagrado de lo cotidiano de la existencia humana.