Al principio se creyó que las grandes pirámides no eran sino piedras funerarias. Después se comprobó que, bajo la forma de medidas exactas, escondían la solución de los máximos problemas astronómicos, geométricos y geodésicos de todos los tiempos. Al fin, se percibió la estrecha correspondencia existente entre las medidas externas e internas del vasto edificio y que el sistema de pasillos encerraba sutil cronología geométrica de las fechas más importantes de la historia de la humanidad... Petrie, Budge, Smith, Maspero, Garnier, Lagrange, Adam, Oppolzer, Bauschinger, Newcomb, Davidson, Moncrieff, Aldersmith, Habermann y Wynnes son los nombres de algunos de los tenaces estudiosos que procuraron arrebatar el secreto de la gran pirámide. A todos ellos recuerda el autor de estas “Misteriosas Revelaciones sobre los Iniciados del Antiguo Egipto” ratificando cómo el genio del hombre resiste empecinadamente el paso de las edades y se perpetúa más allá de ruinas gigantescas...