Buena parte del éxito de Richard Vaughan en la enseñanza del inglés es su capacidad para motivar a los demás. Ése es el secreto de este libro. No es casualidad que las cosas nos vayan bien o nos vayan mal en el trabajo o en la vida: son los principios que aplicamos en ellos los que inclinan la balanza. Vaughan estudia, debate y rebate veinte principios falsos que nos conducen al fracaso. Aunque orientado a la autoayuda, Nuestra hora en el escenario no es un libro al uso plagado de recetas mágicas. Es una obra muy personal, de reflexión profunda, donde el autor explica por qué es conveniente actuar de una manera y no de otra basándose en el sentido común, en ejemplos de la historia, en casos que ha conocido, y en su misma vida y su propia filosofía vital. Muchas de sus propuestas sacudirán al lector, porque le hará ver de forma irrebatible que también el camino del fracaso está empedrado de buenas intenciones, simple parapeto con el que moralizamos nuestra falta de empuje.