Una reivindicaci#n del espa#ol, pero no a costa de otras lenguas sino en di#logo enriquecedor con todas ellas. El lector encontrar# aqu# una defensa. Nunca un ataque. El idioma espa#ol se ve rodeado ahora por los problemas en la educaci#n escolar de sus hablantes, y por la fuerza colonial del ingl#s, y por la desidia de una gran parte de quienes tienen el poder pol#tico, informativo y econ#mico en los veinti#n pa#ses que asumen esta legua como propia. Nuestro idioma habr# de dar -s#lo si empezamos a ser conscientes de los peligros que lo acechan- con los resortes adecuados para salir de esta situaci#n que genera poco a poco un inmenso complejo de inferioridad de todo el mundo hispano frente al poderoso hombre anglosaj#n. Pero el progreso que aqu# se plantea para la lengua espa#ola nunca deber# producirse a costa del catal#n, del euskera, el gallego, el bable, el altoaragon#s, el quechua, el araucano, el n#huatl, el mayo o yucateco, el otom#, el aimara, el guaran#, el quich#, el chaquiquel, el tarahumara... Ni siquiera a costa del ingl#s o del franc#s. Todas las lenguas atesoran un genio enterno que guarda las esencias de los pueblos que las hablan y las han hablado; jam#s una lengua se debe utilizar contra otra. Con cada palabra qu
