La comunidad benedictina de Silos, fiel al espíritu evangélico resaltado por San Benito en su Regla, capítulo 53, abre sus puertas y su corazón a todos los hombres que buscan encontrarse con Dios y consigo mismos en un tiempo, fuente de sosiego y reflexión. Esta obra es una puerta abierta al mundo, una vía de acercamiento a la sociedad de los principales tesoros que encierra la Abadía, entre ellos, la belleza de su arte, la música de la oración y del silencio.