Ramón Cortijo Llovet, viudo, natural de Larache, tiene plena conciencia de que está jugando los minutos de la basura, así que encomienda su vida a la física cuántica y al dominó. Pasa su vida cotidiana en esa calma chicha cotidiana, en ese retiro merecido que invierte en discusiones interminables con su viejo y buen amigo Mario, y tratando de acercarse a una hija solitaria y nada comunicativa, cuya vida transcurre en las peores ligas del mercado laboral. Ramón Cortijo siente que no deja todo resuelto a su hija, pero también es consciente de que no se puede resolver lo que no tiene remedio. Y en esas mañanas de café y periódico, en esas noches donde los recuerdos no se concilian con el sueño, Ramón Corrijo toma la decisión más extraña de su vida. Premio Fray Luis de León de Teatro