Con una licenciatura universitaria inútil, un presente desolador en el que el paro se alterna con trabajos desasosegantes y un futuro desesperanzador, el protagonista de Gente cercana escribe un diario sobre la cruel realidad del día a día. La crisis de valores y sobre todo la duda existencial sobre si merece la pena seguir luchando por los sueños que se sabe nunca se alcanzarán ofrecen un panorama de ilusiones utópicas, incluso tan solo por desear algo de estabilidad, algo de respeto y algo de lógica en este mundo lleno de contradicciones. Seguidor fiel de las películas de Clint Eastwood y los discos de The Cure, amante de los perros y lector habitual de libros de culto, el narrador, un poeta en ciernes, conduce al lector sobre las peripecias de su vida cotidiana con actos heroicos pero sencillos, intentando comprender por qué no encaja en ninguna parte.