Todo lo relacionado con el amor, se sabe, no es fácil, pero eso no se va a debatir ahora y por tanto no se tomará muy a pecho. Lo más importante son los postres. Sobre todo aquellos postres hechos con amor. Pero lo dulce del postre no es simplemente dulce. No, es para que la gente lo disfrute; es amable, atractivo y aun el más fuerte no puede resistirse a probarlo. Las cremas batidas invitan a probarse; las mousse de chocolate cremoso incitan a comer más; los pasteles estimulan y crean adicción. Incluso aquel a quien no le gusta el postre queda satisfecho. ¿Cómo? ¡Sorpresa! ¿No hay nada para preparar? Claro que sí, para todos. Difícil de creer pero Postres lo hace posible. Porque las recetas complicadas, los preparativos y las listas de ingredientes eternos son mal vistos. Lo mejor es que uno vea lo que necesita, lo guarde en la cabeza, sí, casi todo, y lo compre en el supermercado de la esquina. Amasar y hornear se hace en un abrir y cerrar de ojos. Sólo se necesita paciencia cuando se tienen que dejar reposar los postres por un tiempo en el horno o en la nevera. El secreto: el poco tiempo utilizado para comprar y preparar deja aún más tiempo para disfrutar los postres. ¿Y ahora? Simplemente lea, y, tan pronto pueda, endulce su vida.