Porque es escasa, porque es indispensable y hay que almacenarla y transportarla, porque, en tanto que elemento natural, queda en los confines de múltiples derechos que tienden a combinarse, pero también porque su uso está controlado y organizado por la sociedad, el agua es objeto de reparto por antonomasia. Este dossier propone una reflexión sobre la noción misma de reparto a partir del estudio de casos concretos en España, Portugal y Marruecos desde tres perspectivas diferentes: aspectos físicos, dimensión social e importancia geopolítica. Con un enfoque pluridisciplinar, pretende asimismo aportar una contribución en diferentes escalas, espaciales y temporales, al debate sobre el agua, en un momento en que la necesidad de definir las condiciones para un desarrollo sostenible obliga a conjugar enseñanzas del pasado y perspectivas de futuro.