La autora va comentando los versículos del Salmo II , que pueden servir para la oración personal. Pide al Señor que derrame sobre nosotros su gracia divina para dialogar con Él, de tú a tú, y así, acrecentar nuestro amor, y llegar a fundirnos con Él. Lo esencial es que encuentre en nosotros una buena disposición; que sepa que le queremos y que se lo decimos con más calor, cada día.