Si hago estas confidencias es porque sé que no me pertenecen. [...] Este diario y esta búsqueda (son una) exploración, en el bosque espinoso tan difícil de penetrar, en busca de mí mismo. [...] Tengo la impresión de que no he llegado a conocer más que lo que ya conocía. Por otra parte, cabe preguntarse si hay algo que conocer, o alguien, si hay un alma oculta que se revelaría. [...]Escribir diarios íntimos es, según parece, sucumbir a una tentación individualista condenable. [...]A mi edad, es ya muy tarde para esperar respuesta. ¿Qué he venido a hacer aquí? No comprendo nada. Se presentan aquí, por primera vez en un solo volumen, los Diarios de Eugène Ionesco (1909 [1912]-1994), en traducción revisada de Marcelo Arroita-Jauregui. Diario en migajas (1967) y Presente pasado , pasado presente (1968) aglutinan, en un principio, sus más íntimos y añorados recuerdos de su infancia, edad de oro, truncada a la edad de trece años por un suceso que se nos revelará, en escorzo, a lo largo de estas páginas. La primera parte ( Diario en migajas ) nos confía su obsesión con la idea de la muerte de su madre y del fin de su propia existencia, y nos descubre sus reflexiones sobre el sentido de su vida; sobre la infancia -ese mundo intacto sobre el que el tiempo no tenía poder- como paraíso perdido; sobre los sueños, como material simbólico donde el autor se juega dar cuenta de su vagabundeo y malestar existencial; sobre su literatura y la razón de ser de su teatro (en el fondo, el teatro no es mi vocación verdadera). Por el contrario, la segunda parte ( Presente pasado, pasado presente ) se inicia con ese episodio traumático, que nos revela la clave de su posterior obra y su pensamiento filosófico y político: el enfrentamiento a su padre (todo lo que he hecho, lo he hecho, en cierta forma, contra él) y su oposición a toda forma de autoritarismo o ejercicio de la violencia
