La ciudad es un gran registro de sucesos. Las generaciones han dejado ah铆 grabado su talento, sus contradicciones y sus limitaciones: en este sentido la ciudad es un libro abierto. Una hoja en blanco es la met谩fora del momento inicial en el cual el arquitecto se enfrena a un objetivo sin otras armas que el bagaje y la intuici贸n. pero el urbanismo no es el fruto talentoso del buen salvaje enfrentado con su pluma ante una hoja en blanco, ni se hace con la aplicaci贸n abstracta de ideas gen茅ricas. A menudo los proyectos ignoran que la ciudad es fruto de equilibrios precisos y a veces la capacidad creciente, tecnol贸gica y de gesti贸n, puede producir estragos.