La obra recoge una serie de conversaciones que durante varios años mantuvieron el reverendo de la iglesia metodista Howard Mumma y Albert Camus, desde que éste apareció un día en la iglesia americana de París, cuando Mumma fue en ella pastor invitado durante algunos veranos de la década de los cincuenta. En estos diálogos -donde se percibe una sentida amistad, pese a las diferencias de posiciones-, se plantean cuestiones como la existencia de Dios, el mal, el sufrimiento, el suicidio, el bien, el valor de la vida, la libertad..., que ocupaban y preocupaban a Camus, quien, más allá del vacío y el absurdo existenciales, nunca dejó agónicamente de buscar respuestas ante el silencio de la Divinidad que le atormentaba .