Los docentes tienen ante sí retos cada vez más difíciles de abordar, que escapan, en ocasiones, a sus reivindicaciones más usuales. Desarrollan un trabajo arduo y no siempre bien comprendido ni reconocido, tanto en su estatus laboral como en su dignificación profesional. A ello se añaden nuevos desafíos procedentes de las fuertes transformaciones sociales, económicas y culturales que está experimentando una sociedad convulsionada por procesos de aceleración histórica: sociedad que es incapaz, sin embargo, de satisfacer las elementales promesas de libertad, igualdad y solidaridad. Es preciso, por tanto, repensar el sentido de los procesos educativos y de las demandas contradictorias que sobre ellos recaen. Es necesario, a su vez, mantener la conciencia crítica sobre el significado cultural que tienen las practicas sociales, de política educativa y de comportamiento pedagógico en el sistema escolar. Gimeno Sacristán contribuye a ese debate planteando viejos-nuevos problemas, con posiciones que traducen algunas de las preocupaciones recientes del autor, debatidas con docentes comprometidos con su práctica.
