Pensar sin Estado no refiere tanto a la cesación objetiva del Estado como al agotamiento de la subjetividad y el pensamiento estatales. Podemos poner en duda que haya desaparecido el Estado; podemos verificar enormes organizaciones técnicas, militares, administrativas con un vasto poder de influencia. Pero influencia no es soberanÃa, y la subjetividad estatal no arraigaba en la mera existencia del Estado sino en su soberanÃa. El Estado ya no es un supuesto, un mega-articulador simbólico, y esto es válido para el pensamiento estatal oficial, para el pensamiento crÃtico antiestatal y para el que anhela componer nuevas figuras de Estado. Los artÃculos de este libro proceden de distintas intervenciones que tuvieron lugar en los últimos diez años. Esta compilación traza un recorrido que va del agotamiento del pensamiento estructural que requiere de la condición estatal al umbral del pensamiento en tiempos de fluidez.