Hemos definido a la competitividad como el emergente sist茅mico de la interacci贸n entre la productividad, del lado de la oferta y el posicionamiento, del lado de la demanda. Si bien estas dos visiones son a veces opuestas, permiten explicar, definir, fundamentar, mejorar, optimizar el desarrollo de la competitividad. En efecto, estas perspectivas son esenciales para la comprensi贸n, el an谩lisis y la optimizaci贸n de la competitividad. Pero falta un enlace, un concepto. Falta, especialmente en esta era tecnol贸gico-cognitiva, una dimensi贸n que -muchas veces irresponsablemente- ha sido relegada tanto en lo estrat茅gico como en lo operativo. Esta dimensi贸n es la de la log铆stica. De ella dependen las dos macrodimensiones que ya mencionamos: la productividad y el posicionamiento. La log铆stica depende, a su vez, de la circulaci贸n f铆sica y de la circulaci贸n informacional. Es clave comprender este concepto fundamental a la hora de definir la competitividad. La log铆stica, la tercera dimensi贸n nos permite comprender la vinculaci贸n operativa entre los diferentes elementos del sistema del cluster. El concepto de competitividad tiene diferentes matices seg煤n el tipo de organizaci贸n de que se trate. Para las empresas, la competitividad es el instrumento que sirve para lograr sus objetivos econ贸micos y mantener esos logros en el tiempo. La creaci贸n de valor econ贸mico sustentable depende de la capacidad de aumentar el valor en el tiempo.
