Un poema es un lago donde tiembla la medalla dorada de la luna. Allí se asoma un hombre a buscar la memoria de los días que le quedan por vivir. Esos instantes hacen el poema, dan latido a los versos, alumbran pensamientos y limpian las palabras. Hace al hombre poeta, sangra en su sangre, mira en su mirada, rima en su ritmo.