El ser humano siempre ha necesitado conocer de dónde viene, donde está y a dónde va, en definitiva poder orientarse para caminar por una ruta segura. Al principio fue la observación del Sol y las estrellas, la que comunicaba al navegante su posición. Con el desarrollo de los medios de transporte, aparecieron nuevos equipos: la brújula, las señales radioeléctricas, etc. que dieron paso después a las ayudas a la navegación basadas en tierra, y finalmente se llegó, ya hace cerca de 40 años, a los sistemas de navegación por satélite. Al GPS norteamericano y GLONASS ruso, ha venido a sumarse la contribución europea con el desarrollo de los sistemas EGNOS y Galileo, en cuya investigación y desarrollo, España ha participado plenamente, situándose desde sus orígenes en primera línea. Todo un reto y un futuro que, Aena, por medio de la participación en EGNOS y Galileo, intenta apoyar y, a través de esta publicación, descubrir para Vd.