Supo inventarse un personaje, el de Cary Grant , y eso le bastó para convertirse en la estrella más emblemática de un Hollywood que continúa buscándole sustituto. Fue realmente único. Sin él no existirían algunos de los títulos de oro de la mejor comedia americana de todos los tiempos. De La fiera de mi niña a Me siento rejuvenecer, pasando por Luna Nueva o Historias de Filadelfia. Capricho de las Damas, Grant también lo fue de los grandes directores de la historia del cine. Incluyendo a Hitchcock , quien supo extraer inquietantes resonancias de su personalidad en Sospecha y Encadenados. Sin olvidar la legendaria Con la muerte en los talones. Genial comediante que pulverizó cualquier teoría sobre la interpretación, resultó convincente tanto en papeles cómicos como dramáticos. Pero ejerciendo siempre de Cary Grant , su mejor creación. Un papel que nunca dejó de interpretar, delante o detrás de las cámaras.