Se habla a menudo de un retorno de la religión en las sociedades avanzadas: periodísticamente resulta una noticia de gran impacto (¡Dios resucita entre las ruinas del mundo moderno!), pero también es una gran mentira. Los fenómenos que ponemos bajo la rúbrica de ese retorno demuestran precisamente lo contrario: el eclipse de las religiones como forjadoras de identidad y el desafío de la construcción de una sociedad genuinamente laica. Un desafío político, ya que el Estado moderno surgió, en Occidente, mediante un largo y tortuoso proceso de separación de la Iglesia católica. ¿Qué pueden significar hoy, cuando ese proceso de ruptura se ha consumado, los viejos términos Estado o política? ¿Cómo entender el papel desempeñado por las creencias en un régimen que ya no es confesional, pero tampoco anticonfesional? En este libro, Marcel Gauchet esboza, con tanta brillantez como rigor, la historia de las relaciones entre política y religión que se encuentra en la base del Estado de derecho, muestra con lucidez sus problemas contemporáneos y denuncia, con enorme audacia intelectual, cómo la esfera pública se convierte en una pantalla que proyecta el espectáculo de una diversidad cultural.