Ignacio F. Iquino ha sido uno de los directores y productores más prolíficos del cine español. Hizo sus primeras películas antes de la guerra civil, y en 1948 creó su propia empresa cinematográfica, IFI, que funcionó hasta 1982, con el que contribuyó a la creación del género criminal barcelonés con Brigada criminal (1954) y venticuatro largometrajes más. Abocado desde 1962 a un cine sin ayudas ni subvenciones oficiales, se apuntó a todos los géneros y tendencias que funcionaban comercialmente creando su cine-denuncia y su especial sexy comedy. Convirtió IFI en la otra escuela de Barcelona, indiscutible cantera de todo tipo de cineastas: directores, actores y técnicos. Además, escribió, dirigió y produjo más de cuarenta obras teatrales y fue empresario de Talía de Barcelona o La Latina de Madrid. investiga uno de los raros casos de creación y consolidación de una auténtica industria cinematográfica española, en forma de una empresa con personal fijo y producción continuada.