Se ha destacado, con justicia, la trascendencia que la Constitución de 1812 tuvo en el desarrollo en la contemporaneidad en Europa y en América, ya que la norma gaditana se convirtió en el modelo y en el estandarte de las reivindicaciones de libertad de muchos pueblos del viejo y del nuevo continente. Irene Castells , entre otros, ha destacado como el joven liberalismo europeo, sin dejar de lado absolutamente los textos de la revolución francesa, convirtió a la Constitución española en su inmediata referencia, por lo que se puede decir con toda propiedad que el constitucionalismo liberal del siglo XIX comienza en Cádiz; un modelo el gaditano, que cobró más fuerza porque España se convirtió, durante la Guerra de la Independencia, en un laboratorio de formas de lucha, teóricas y prácticas, contra el Antiguo Régimen.