Esta obra es una de las más claras cumbres de la literatura espiritual musulmana. Intenta ir más allá de estos tradicionales pares de opuestos, del gozo y el abatimiento, del fulgor y las sombras, aunque como queda evidenciado a lo largo de los versos, el traductor de sí mismo posee escasos medios y opera con su labor en este campo reflejo como una barca a contracorriente.