¿Que tienen en común un chico incapaz de cumplir con los deberes de un buen patriota y enamorarse de alguien de su propio país, un soldado obsesionado con los pectorales y la hombría de su superior o un hombre al que sólo se le ha dado la oportunidad de acostarse con peluqueros y acaba sufriendo alopecia?¿Hay que tener otra vida para amar de verdad en la primera existencia?¿Hasta qué punto nos horroriza el amor entre un padre y su hijo, aunque no se conozcan? La respuesta, como reza el título, se encuentra en la imposibilidad de que el amor, que a menudo tan cercano parece, surja en las vidas de sus protagonistas.