Actualmente, los estados islámicos se encuentran a la cola de la formación y la creación científicas del mundo, incluso por detrás de países de menor desarrollo económico que ellos. ¿Significa eso que tenía razón Renan cuando en 1883 decía: «Toda persona medianamente instruida en las cosas de nuestro tiempo ve claramente la inferioridad actual de los países musulmanes. la nulidad intelectual de las razas que sacan únicamente de esta religión su cultura y su educación»? El islam y la ciencia, obra de un distinguido físico nuclear pakistaní, aun reconociendo los gigantescos déficits del mundo musulmán en la materia, incluso denunciando el papel entorpecedor que ejerce el oscurantismo religioso para la producción científica, rechaza que exista una oposición de principio entre la religión y la racionalidad científica, en el caso del islam, como pone de manifiesto, precisamente, la existencia de una Edad de Oro de la ciencia islámica. Asimismo, reflexiona sobre las causas de la inexistencia de una revolución científica en el islam, a partir de los distintos factores: educativos, económicos, políticos y filosóficos, y, a través de la denuncia de la situación actual, propone una serie de medidas para superarla. El islam y la ciencia es una obra única, brillante y necesaria. De ella ha dicho Edward Said: «El Dr. Hoodbhoy (ofrece). claros y convincentes argumentos sobre la necesidad de reinstaurar el racionalismo científico en tiempos de crisis social.», y la revista pakistaní Dawn la considera «.el libro más importante escrito y publicado en Pakistán en los años recientes».