El culto griego a los dioses son lecciones que preparó Nietzsche para impartir, durante el semestre de invierno 1875-1876, en la Universidad de Basilea, donde por aquellos años era catedrático de filología clásica. El contexto en el que se encuadran estas lecciones podemos hallarlo en sus apuntes póstumos. El cuaderno U II 8 (que en la edición crítica corresponde a la serie IV 5 de fragmentos póstumos), en su segunda redacción entre la primavera y el verano de 1875, contiene los apuntes preparatorios para sus lecciones sobre la religión griega. Pero en el conjunto de sus apuntes puede observarse cómo este estudio de la religión griega forma parte de un proyecto más ambicioso de elaboración de una nueva Consideración intempestiva, junto a Richard Wagner in Bayreuth y Nosotros filólogos, titulada Sobre la religión -de todas ellas sólo llevaría a término la primera. El ensayo Sobre la religión debía tratar del fenómeno religioso en todo su conjunto, buscando desentrañar su naturaleza propia y hacer una valoración de conjunto. Se centraba especialmente en la religión cristiana y en la religión griega. En la primera por sus consecuencias enormes en la cultura europea y como clave para la comprensión de la crisis del mundo actual. Para ello utilizaba el ahondamiento en la segunda, en la esencia de la religión griega y sus relaciones con la cultura helénica. Nietzsche pensaba que, contraponiendo el espíritu religioso griego al cristiano, se abría un acceso privilegiado al diagnóstico y a la posible terapéutica sobre la crisis cultural y vital de Occidente. Se trataba de una profundización de la línea ya trazada en El nacimiento de la tragedia, hacia un cuestionamiento más radical del cristianismo y de la moral tradicional europea. El blanco de ataque deja de ser el ‘espíritu científico’ del socratismo; ya no se le atribuye a él, sino al espíritu religioso y moral del cristianismo, la destrucción del ideal helénico de vi