Cuando Georges Simenon llevaba ya escritas veintinueve novelas protagonizadas por su famoso comisario Maigret , tuvo la genial idea de remontarse en el tiempo y presentar a un Maigret de apenas veintiséis años, que sólo llevaba unos meses casado con una jovencísima y siempre risueña Madame Maigret, y que ocupaba el modesto puesto de secretario en una comisaría de barrio. Pese a su corta experiencia, Maigret posee ya la intuición y el olfato que le caracterizarán siempre. Así, sabrá desvelar los misterios que esconde una gran mansión parisiense, cuyos propietarios son los dueños de los tostaderos Balthazar, la marca de café más vendida en Francia. El superior de Maigret le aconsejará a éste que se ande con cuidado, porque se enfrenta a una de las familias más conocidas de París.