Después de la publicación de los dos primeros libros de esta saga familiar inolvidable, Rafel Nadal vuelve a dirigir su mirada literaria hacia la memoria, el paso del tiempo y las nuevas generaciones. Así, nos ofrece este relato íntimo y delicado, con el que homenajea a padres y abuelos y que cierra su trilogía. Cuando las palabras se borran y la memoria se apaga, aquello que no se nombra deja de existir. Entonces al autor solo le queda escribir estas páginas desordenadas y doloridas como su propia alma con la esperanza de que cada vez que alguien las lea rescate las historias que se describen en ellas y reviva, uno a uno, a sus protagonistas, y así las palabras se convertirán en vida eterna.