Las ideas y prácticas representadas en este libro reflejan un proceso evolutivo. En lugar de las técnicas, las estructuras y los absolutos del pensamiento positivista, tenemos un contexto de descubrimiento mutuo. El terapeuta y su equipo son copartícipes o socios en un proceso generador de significados, al que calificaríamos de colaboratorio, respetuoso y esperanzado. La terapia se convierte en un proceso dialogal, un foro público y participativo que permite el flujo recursivo de las ideas. Al poderse escuchar todas las voces , emergen soluciones que afirman y respetan la dignidad de todos los involucrados.