William Lilly, un notable astrólogo inglés, hizo en 1647 un horóscopo para Carlos I, y escribió: La Luna se encuentra en Antares, una maléfica estrella fija, que simboliza muerte violenta, y Marte se acerca a la estrella Caput Algol, que indica decapitación. Dos años más tarde, la cabeza del rey rodaba en el cadalso.