Los centros penitenciarios precisan de estrategias de intervención social que faciliten los procesos educativos e integradores, y el ámbito de la cultura, en concreto, supone una herramienta eficaz para fomentar la inclusión a través del desarrollo de la reflexión, la sensibilidad y la creatividad entre los reclusos. En 2008 el Círculo de Bellas Artes, junto con la Obra Social de Caixa Catalunya, la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Solidarios para el Desarrollo y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, puso en marcha una iniciativa cuyo objetivo era el desarrollo en un centro penitenciario de un conjunto de actividades culturales vertebradas e intelectualmente ambiciosas que trascendieran el ámbito de lo asistencial.