Un guión para Artkino , «última» novela de Fogwill , es uno de sus textos más hilarantes, aunque bajo la aparente broma, bajo la carcajada, se encuentre mucha verdad nada cómica. Un escritor despreciable, llamado también Fogwill , escribe la obra de su vida, un guión cinematográfico, para el Hollywood soviético en un futuro-pasado donde Argentina y buena parte del mundo se han sumado a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas frente al resto de ese mismo mundo: los países capitalistas con sede en New York. En esa hipotética Argentina Socialista se lee Pravda, se fuma tabaco ruso y se conducen coches rusos, pero las traiciones son las de siempre: en apariencia políticas, pero en realidad muy humanas, es decir, más ligadas al carácter de los hombres que a las reglas políticas con las que tratan de organizarse: vanidad, pasión, celos, ambición.