Estos volumenes apasionados de Ana Crespo en torno al cromatismo simbólico del corazón profundo (qalb) que tengo el honor de comentar constiuyen un compendio de la meta física del color en el sufismo. Las páginas que la autora va entretejiendo en una prosa poética que en más de una ocasión accede al duende resulta a manera de grimorio ilustrado, solo que aquí se trata de la magia que los arabes llamarían lícita (sihr al-halal).