Acompaña 4 CD-ROM. Hablar de La mosca tras la oreja es enfrentarse a un tránsito fundamental para entender el mundo radicalmente nuevo en el que vivimos: tránsito que va desde un concebir arte y música como recreo, virtuosismo o producto, sueño o especuñación a otro, inconcreto y en perpetua disolución, en que el enfásis ya no se pone en el componer sino en el disponer, no en el concebir sino en el recibir, no en el sonido en sí (un sonido son todas las maneras de ser escuchado), no en el instrumentos, ni siquiera en el tiempo, sino en la situación creada y en todas las conexiones que tal situación es capaz de generar en quien se adentra en ella. La mosca tras la oreja expone ese (a veces) tortuoso y fluido devenir en el que tantos y tan disímiles músicos, a-músicos, no-músicos y demás propositores han confluido. Ordenar, exponer más que explicar, y, si acaso, explicitar subyacentes intenciones, prácticas, pensamientos y demás vicisitudes constituye el meollo de un libro que se nos hizo urgente y que nace ya viejo de tanto como corren los bárbaros tiempos presentes: ¡Oreja, más oreja!... ¡Muera el flit!
