La soledad es uno de los fenómenos más difundidos y menos estudiados del siglo. Cada vez hay más viudas y viudos, más familias monoparentales, más divorciados, más gente sin familia. En los supermercados, el tradicional envase familiar está en vías de extinción. Hay turismo para solos, bailes para solos y una oferta creciente de productos individuales de un mercado que descubre que quienes están solos consumen más que quienes tienen pareja. Paradójicamente, con el crecimiento vertiginoso de la soledad, también crece la fobia contra ese estado del ser. Y, entonces, aparecen el prejuicio y el temor de quienes le tienen miedo, la esconden, la disimulan y hacen cualquier cosa para evitarla. Este libro no pretende calificar la soledad o analizarla sociológicamente. Es el relato sencillo de aquellos momentos que la muestran, esos que ocurren todos los días a los solos y marcan la diferencia con quienes están acompañados.