A los pintores se les exige calidad en el dibujo, los músicos deben demostrar conocimientos de solfeo, sin embargo nadie pide a los narradores que conozcan su oficio. En este libro, el aficionado a la escritura encontrará un amplio repertorio de recursos cuyo aprendizaje le ayudará a convertir una idea o una buena historia en un auténtico texto literario, que pueda ser leído y disfrutado. También resulta especialmente recomendable para quien, ajeno a la escritura, quiera mejorar su criterio lector, conociendo los mecanismos que provocan la emoción, el miedo o la felicidad, aprendiendo qué recursos mueven a esas pequeñas máquinas que son los relatos breves.