El mismo día que un gran empresario llega a lo más alto del poder económico en su región, el cadáver de un indigente aparece flotando en los muelles. Solo el Gordo Castro, un estudiante de periodismo en prácticas, desgreñado, asocial y adicto al café con leche, sabe que ambas noticias están estrechamente relacionadas. El mismo día que un gran empresario llega a lo más alto del poder económico en su región, el cadáver de un indigente aparece flotando en los muelles. Solo el Gordo Castro, un estudiante de periodismo en prácticas, desgreñado, asocial y adicto al café con leche, sabe que ambas noticias están estrechamente relacionadas. Divertida. Policial. Juvenil. Sí, para los pibes, pero yo me la pasé muy bien y se la recomiendo aunque tenga nietos. El Gordo Castro es el protagonista narrador. Ha pasado los veinte años pero a veces no se le nota. Es el último mono en un periódico digital de Canarias, y tan aficionado al café con leche como Marlowe a los martini. [...] Un texto que presenta a un escritor que conoce las malicias del oficio, y que establece una corriente de simpatía y complicidad con el lector. Alexis Ravelo ya mostró qué era capaz de hacer con sus novelas negras para adultos y ahora lo demuestra en juveniles. (Raúl Argemí, revista .38)
