Los aforismos son proposiciones dilemáticas, antítesis resumidas derivadas de una honda reflexión. En este caso, han sido producto de una larga, larguísima confrontación con el trabajo del actor, el ser paradójico por excelencia: el que es y no es, el que reacciona a estímulos ficticios, el que memoriza hechos para él desconocidos, el que sabe y no sabe todo lo que sabe. Las proposiciones que se ofrecen y se comparten en este libro se fundamentan en el actor y en su insustituible capacidad para guiar al público en el viaje de su propia imaginación. Quizás todo esto no haga sino responder, finalmente, a la vieja aspiración de Ibsen, quien, pesimista ante los cambios externos en las estructuras sociales, afirmaba: “lo que se necesita es una rebelión del espíritu humano”. Veamos qué interlocutores alzan la mano a partir de esta información