Dentro de la llamada “generación del 68”, en la narrativa española contemporánea, se ubica el “grupo leonés” –José María Merino (1941), Juan Pedro Aparicio (1941) y Luis Mateo Díez (1942)– surgidos en torno al filandón, con una fuerte fascinación por los relatos de tradición oral y el compromiso con la reivindicación de la narratividad. Aunque han explorado mundos literarios muy distintos, su punto de conexión es un espacio que pertenece a la memoria de todos: la provincia de León.La obra de los narradores leoneses ha merecido numerosos estudios, tesis doctorales y trabajos de investigación, al igual que varias de sus novelas y cuentos están traducidos a otras lenguas. Los trabajos de Mabel Brizuela, Cristina Estofán, Susana Yudicello, Victoria Martínez, Verónica Cabanillas, María Carolina Subtil y Pablo Molina han sido elaborados a partir de unos ejes temáticosmetodológicos que plantean “la actitud del contar como modo de transmitir” conocimientos, historias, emociones y sucesos; las relaciones, siempre difusas, entre la ficción y la realidad, y el papel de la memoria y de la imaginación en los procedimientos de fabulación.
