Reynaldo Jiménez nunca se encierra en la lengua, en su poesÃa las palabras se bifurcan, se reconstruyen como facetas, como un laberinto de espejos -espejismos- donde la multiplicación de sus sonidos hace música y construye nuevos sentidos. Aliteración, polisemia, ritmo y sonoridad son recursos naturales de esta poética en la que el poeta parece saber que para crear, por fuerza, hay que desobedecer.