Charly es un triste ejemplo de cómo la maldad, por desgracia, puede llevar al individuo a las cotas más altas de poder y dinero. No hay, no puede haber un gramo de felicidad en un mal hombre; sólo su profunda idiotez puede encontrar felicidad en las riquezas adquirirlas a base de asesinatos, drogas o prostitución.