En veinte años, veinte años de ausencia, hay tiempo para que la esperanza pueda más que la desesperanza, para que el recuerdo olvide la pérdida. Cuando abras la puerta de esta habitación, Lucas, no podrá levantarme. Hay vuelves a mÃ, y no quiero privarme de nosotros ni un segundo, ni uno solo. Quiero toda una vida, esa vida esa vida que nos ha faltado. Hay tanta alegrÃa en nuestro nuevo encuentro... Es nuestro mundo que vuelve a empezar, nuestra inocencia intacta.