Hubo una época en la que no todas las casas tenÃan televisión y en la que el silencio de la siesta se interrumpÃa con la novela radiada. Eran los años de los tebeos de Roberto Alcázar y PedrÃn, el nodo, Franco inaugurando pantanos y el vaso de leche en todas las escuelas. unos dÃas no tan lejanos, que Andrés Sopeña nos hace recordar con esa chispa de humor que les faltaba entonces.