Las primeras 36 horas en la investigación de casos de desaparecidos son cruciales, porque, como bien sabe la detective Sarah Pribek, transcurrido ese tiempo es prácticamente imposible encontrar a la persona desaparecida con vida. Cuando Sarah descubre que Shiloh, su marido, es su nuevo caso y se pone a investigar, inicia un protocolo policial al que está más que acostumbrada: entrevistas con familiares y amigos de la vÃctima, repaso a las últimas llamadas telefónicas, recorridos por los lugares que frecuentaba. Un periplo en busca de pistas que le puedan aportar cualquier atisbo de luz, pero que en esta ocasión la descubrirán un pasado del que apenas tenÃa noticia.