Este libro pretende demostrar que no se llega muy lejos si sólo se ve a las personas desde una perspectiva. Cuanto más se acepte la complejidad inherente a las personas y a las relaciones, más se comprobará que la clave de un rendimiento eficaz es entender a las personas. Cuando se delega, se crea una dinámica diferente a la que actúa normalmente cuando los miembros de tu equipo desempeñan su trabajo. Y al observar, tomando parte en, y reflexionando sobre, la dinámica, surge una gran oportunidad para aprender sobre uno mismo, los miembros de nuestro equipo y nuestra manera de gestionar.