De un lado, el desierto que avanza. Del otro, la amenaza de la guerra. En el poblado el pozo se seca, el ganado se muere. A Rahne no le queda otra opción que emigrar con los suyos, incluso con su hija más pequeña, Shasha. Como única escolta, una camella. Y un sólo objetivo, encontrar agua. ¿Pero buscar la ruta correcta no lleva siempre a la equivocación? Las cohortes de refugiados en los lugares desolados del planeta son las que han inspirado a Marc Durin-Valois el éxodo de esta familia, desamparada y vibrante, que busca sobrevivir. Mientras tanto en el calor del desierto, de una belleza petrificada y mineral, se sucede el ballet fantasmagórico de las poblaciones desplazadas, las guardias pretorianas y las bandas de saqueadores. Evocación épica de los condenados del mundo, en esta inmensa parábola sobre el éxodo destaca, por encima de todo, la fuerza del amor de un padre por su hija. Una novela universal.