Una pequeña joya de la mística española. No hay otra obra que trate de la necesidad de la paz interior con tal intensidad. Esta paz nace del amor a Dios; de la oración confiada; dejando obrar al Señor, aceptando siempre su voluntad, y diciéndole con gran sencillez y sinceridad: seamos amigos. Incluye un apéndice con las Advertencias del Caballero de Gracia.