Los conventos femeninos eran fundaciones privadas de nobleza o reyes, clero y alta burguesía a las que unían la oración y alabanza de Dios, el trabajo y el cuidado de las capillas así como el enterramiento de sus patronos. Tomando como muestra cuatro conventos -Las Dominicas, Las Vallecas, Las Baronesas y Las Salesas Nuevas- intentamos comprender cómo era su vida en el aspecto más material.