PORQUE ESTÁBAMOS DISTANTES Y habíamos aprendido a escondernos en el cráter de una fragua, en el exagerado calor de las puertas del acero, en la locura del fuego que expandía la vida como una quemadura. porque teníamos miedo a perdernos entre la multitud del hierro que endurece la vida desde el pecho hasta el costado, y en el lugar de las palabras más sencillas, ardía contradicción de filamentos.